lunes, 9 de noviembre de 2009

La Revolución Industrial: introducción general.

Cuando explico la Revolución Industrial a mis alumnos, procuro siempre enfocar el estudio de esta unidad desde una óptica mecánica. Es decir, ya que vamos a hablar especialmente de maquinaria... ¿por qué no tratar el tema como una serie de engranajes que tienen como resultado una revolución total en la forma de vida humana como no hubo otra desde el Neolítico?. También, es necesario hacer reflexionar al alumno sobre que si en el anterior tema (la Revolución Francesa y las revoluciones liberales posteriores) se cambió y transformó la sociedad y la política de un sistema como era el Antiguo Régimen en el del régimen liberal, era obvio que la economía debería sufrir otro cambio drástico. Por último, y como consejo general, nunca hay que olvidar una serie de axiomas que pueden ser muy beneficiosos para el alumno: " más más en menos menos".

Ahora desarrollaré estas ideas.

La Revolución Industrial es un tema muy interesante para un profesor de Historia puesto que es el tema que más claramente refleja un cambio que hoy en día los mismos alumnos pueden ver en su forma de vestir o ampliando, en toda su vida. Y es también interesante porque va a obligar al alumnado a ir pensando racionalmente en el aspecto de causa-efecto. Pensemos. Aunque según los autores que estudiemos puede variar, lo cierto y verdad es que hay una serie de circunstancias que produjeron un cambio de conciencia económica a fines del siglo XVII en Europa, concretamente en el Reino Unido. Una creciente inversión con las ganancias obtenidas en el comercio colonial se dedicó a la mejora de la producción agrícola, principalmente en la mejora de semillas, importación e implantación de nuevas especies de cultivos y el estímulo de la maquinaria aplicada al campo. Era de esperar que los beneficios ocurrieran en el sector agrario tal y como fueron, con un aumento del rendimiento bruto de las cosechas que multiplicaban varias veces el número de semillas plantadas. Con las ideas liberales imperando en la Inglaterra de fines del siglo XVIII, los beneficios que se obtenían de la venta de los productos agrícolas no se atesoraban y guardaban, sino que se reinvertían en la mejora de la maquinaria o en la compra e investigación de nuevas especies de plantas que a la larga, aumentasen aún más los beneficios. No tenemos que irnos muy lejos para considerar ese impacto. De nuevo, parémonos a pensar. Antiguamente, en tiempos medievales, el sistema de cultivo era bienal (dejando una porción de la tierra o lienzo en barbecho) pasando después a trienal (incorporando cultivos de invierno, otros de verano y una porción de tierra en barbecho). El sistema capitalista aplicado al campo va a ver como una necesidad el axioma "más más en menos menos", es decir, más rapidez, más producción en menos tiempo con menos costes. Si tengo que tener una parte en barbecho todo un año para que se regenere y oxigene la tierra, ¿por qué no puedo ayudar a esta introduciendo especies como el trébol que aparte de servir como forraje está comprobado que aumenta la oxigenación de la tierra? Y ya puestos...¿por qué no incluir fertilizantes nuevos que permiten un crecimiento mejor de las plantas aumentando sus rendimientos? Esto fue lo que se considera como REVOLUCIÓN AGRARIA.. Además, esta revolución mecánica en el campo obligará a muchos campesinos a dejar sus hogares en el campo y trasladarse a la ciudad, creando un éxodo rural que favorecerá el desarrollo de...

La segunda pieza del engranaje: LA REVOLUCIÓN DEMOGRÁFICA. Evidentemente, cuanto más recursos tiene una población, es inevitable que aumente su número, transformando un modelo demográfico de corte preindustrial (altas tasas de natalidad y mortalidad junto a una baja esperanza de vida, en rasgos generales) a otro postindustrial (en el que la tasa de mortalidad cae en picado durante varios años, mientras la tasa de natalidad tarda un poco permitiendo una subida del crecimiento natural de la población). Además, no podemos perder de vista el hecho de que los organismos de las personas que ahora disponen de algo más de comida se fortalecen y que el desarrollo técnico en el campo de la sanidad permitirá una mayor esperanza de vida conforme pasen los años (por ejemplo, no olvidemos los experimentos de Pasteur y la pasteurización de la leche).

La tercera parte del engranaje es algo más compleja. Se compondría de dos piezas de engranaje simultáneas. La primera de ellas sería que el aumento de población estimula un mayor volumen de compras de ropa (en primer lugar) e instrumental diario de productos elaborados de metal. Esto último, junto al desarrollo de los nuevos transportes (que sería otra de las piezas del engranaje conformando la Revolución de los Transportes), traerá consigo la revolución en los sectores productivos del textil (algodón, la nueva materia prima con la que se confeccionan los vestidos) y de la siderurgia (hierro y sus procesos de mejora, como el convertidor Bessemer, o de manipulación como la laminación y pudelación de Cort).

Aquí os presento un breve esquema en forma de engranaje para poder iniciarnos en el estudio de la Revolución Industrial.

Revolucion Industrial

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